Finánciame despacio que tengo prisa

Álex Pardillos Boada, Consultor de Altria Corpo

Las empresas se encuentran con grandes dificultades para conseguir financiación, y no siempre es por falta de alternativas sino por desconocimiento de las mismas. En este artículo se desgranan las distintas causas de no obtener financiación y cómo podemos resolver este problema.

Actualmente, nos encontramos en un contexto económico y financiero imprevisible e incierto. Entre inflación, guerras, subida de tipos, malas previsiones económicas, concentración de entidades financieras, refinanciaciones y aumento de los concursos de acreedores, el panorama que tenemos por delante nos obliga a prestar una especial atención a la situación financiera de las empresas.

Debido a mi trabajo como consultor financiero de empresas y a mi experiencia anterior en banca, he podido constatar durante años que muchas compañías se encuentran desamparadas cada vez que intentan acceder a financiación. Podría nombrar un sinfín de ocasiones en las  que dichas empresas no han llegado a obtener la financiación que necesitaban en el momento que realmente les era necesario para afrontar sus obligaciones a corto plazo o para acometer inversiones, ocasionando situaciones como el impago a proveedores, no poder dar respuesta a la demanda de sus clientes o no pagar los salarios correspondientes a sus trabajadores, cuando no se veían abocadas a un concurso de acreedores. Esta situación crea diferentes problemas y conflictos en distintos niveles de la economía y peor aún, repercute en nuestros hogares y en nuestra economía diaria.

Como consecuencia, en lo referente a la financiación de empresas, cualquier persona, sea consultor financiero, intermediario, o incluso directores y gestores de empresas de las diferentes entidades de financiación, están teniendo serios problemas para conseguir la aprobación de operaciones que ayuden a las compañías a crecer y poder solventar cualquier tipo de adversidad que les pueda ocurrir.

Hoy en día, contamos con un gran número de entidades financieras, tanto bancos como financiadores alternativos, lo que puede dar la impresión que entre todas ellas puedan responder a las soluciones de financiación que el mercado demanda, pero lamentablemente no es así. Un gran número de estos proveedores financieros no son conocidos por las empresas, por ello tiene sentido para las empresas que recurran a consultoras financieras o intermediarios para que intenten obtener la financiación de la manera que sea posible, tanto reformulando la solicitud en proveedores con los que la empresa ya ha probado sin suerte, como sobre todo dando acceso a nuevas entidades con las que la empresa no tenía contacto o simplemente desconocía.

Un fenómeno que ha colaborado en la dificultad de acceso al crédito ha sido la concentración de entidades bancarias, propiciada por distintos factores como la presión ejercida por las políticas del propio Banco Central Europeo. Las entidades de financiación alternativa han entrado en escena y han aprovechado para llevarse un pedazo del pastel dejado por los bancos tradicionales. Sin embargo, queda todavía mucho recorrido hasta dar respuesta a todo el volumen y tipología de operaciones de financiación que el mercado demanda.

Los problemas principales a los que se ha de dar respuesta son básicamente cuatro:

  1. Retraso con las operaciones: las operaciones de financiación han de ser resueltas en un plazo de tiempo corto, no se pueden alargar semanas o meses debido a la tardanza en dar respuesta por parte de las entidades financieras o, por el contrario, por la mala gestión realizada por los directivos financieros de las pymes a la hora de aportar documentación transparente y correcta.
  • Política de riesgos restrictivas: las políticas de riesgos de muchas entidades incluyen demasiadas barreras, requisitos, condicionantes y garantías a la hora de conceder financiación.
  • Análisis de información económica – financiera solo histórica: el análisis habitual que realizan las entidades financieras sobre una operación de financiación se basa en la revisión de la información histórica de la compañía. Esta información es necesaria pero no suficiente para un análisis completo, ya que no tiene en cuenta ni el presente ni mucho menos el futuro de las mismas. Esto ocurre al revisar, en el año corriente, el impuesto de sociedades del pasado año como única fuente fiable, cuando ya han pasado varios meses y la imagen financiera de la empresa puede haber variado notablemente a peor o a mejor. Los balances y las cuentas de resultados provisionales del año en curso se toman siempre de forma orientativa y únicamente sirven en el caso, poco frecuente, que revelen un empeoramiento de la situación financiera, nunca una mejora. En definitiva, la documentación oficial para saber realmente qué está ganando y cuál es la situación financiera en este preciso momento que solicita el crédito la empresa es mínima, y solamente se puede recurrir a los extractos bancarios y a la ficha Cirbe de riesgos del Banco de España.

A menudo, para apoyar los planes de futuro de la empresa, ésta presenta planes de negocio poco creíbles, sin ningún tipo de revisión profesional y sin proyecciones fundamentadas para realizar una estimación sobre qué pueden ganar en los próximos meses y años. En dichas estimaciones, existen métodos dinámicos para hacerse una idea de la imagen que tendrá la empresa en un futuro próximo, pero sin solidez en las asunciones ni un trabajo profesional en su elaboración, es papel mojado para la entidad financiera que lo estudia.

  • Soluciones financieras del mercado: existe un gran número y diversidad de proveedores financieros activos, pero cada uno se enfoca a una solución financiera concreta, por lo que la gran mayoría de veces las soluciones aportadas por ellos no pueden dar respuesta a todas las tipologías de operaciones y de clientes.

¿Cómo se le podría dar solución a cada uno de estos inconvenientes?

1. Los retrasos de las operaciones se pueden solventar de una forma más sencilla de lo que parece. Se deben realizar informes financieros de forma profesional que expliquen al detalle el funcionamiento de las empresas, su modelo de negocio, explicar de dónde vienen y cuál es su estrategia actual y futura. En este papel, los directores financieros y los CEOs han de abrirse al 100% con sus proveedores financieros aportando toda la información requerida desde un primer momento. De esta forma, con la documentación necesaria y con un informe financiero bien realizado se facilita en gran medida la labor de los profesionales que integran los equipos de las entidades financieras; los gestores de las oficinas podrán integrar la documentación y enviar la operación al departamento de riesgos de una forma más ágil, lo que llevará a los analistas de dichos departamentos a resolver de forma más rápida tanto si son sanciones positivas o negativas.

Contratar a consultores financieros mejorará la redacción de este informe, enriquecerá la visión de los posibles planteamientos a realizar y dará acceso a un número mucho mayor de proveedores financieros. Muchos de los profesionales de estas consultorías financieras provienen de entidades bancarias y alternativas, y conocen cómo se debe afrontar una solicitud de crédito, cómo preparar y explicar una empresa y su necesidad financiera y, sobre todo, qué estrategia de riesgos sigue cada proveedor financiero y la mejor manera de proceder en cada uno de ellos. Asimismo,  la experiencia y conocimiento de los productos financieros que más encajan con las necesidades de las empresas ayudan enormemente a canalizar eficientemente cada solicitud de crédito.

2. Las entidades de crédito deberían de revisar de forma constante sus políticas de riesgos, monitorizar los efectos que tienen estas políticas y tener mayor flexibilidad, observando lo que realizan otros competidores, sobre todo no bancarios.

Ello es especialmente relevante en el caso de las compañías que ya trabajan en una entidad bancaria y muestran una vinculación desde hace años.

3. Las entidades financieras han de mejorar y buscar un mix de análisis financieros de métodos estáticos y dinámicos para poder dar una respuesta a la financiación de forma correcta y no dejar pasar buenas oportunidades comerciales.

Una propuesta que puede plantearse es disponer de un documento oficial en el que las empresas, de similar manera a los IVAS o retenciones de IRPF presentados de forma mensual o trimestral, tuvieran la obligación de presentar un balance y una cuenta de resultados provisional que dieran una imagen fiel de la compañía y que les ayudase con ello a obtener financiación.

4. Por último, haciendo referencia a las soluciones que tenemos hoy en día, podríamos comentar que existe una gran gama de ellas para operaciones nacionales e internacionales. Aun así, el mercado necesita muchas más para satisfacer todas las necesidades y casuísticas posibles. Entre las propuestas que echamos en falta, podemos identificar la necesidad de más sociedades de garantía recíproca que puedan avalar las operaciones de las empresas; la existencia de más fondos de deuda destinados a pymes que puedan inyectar el dinero suficiente para la consecución de sus correspondientes proyectos a largo plazo; que exista más colaboración entre las entidades financieras para financiar de forma conjunta a las compañías; y soluciones financieras más específicas para empresas de diferentes sectores y tamaños, que están excluidas del ámbito bancario pero que podrían ser financiadas con instrumentos de deuda sin tener que ir directamente a realizar rondas de inversión en capital para mantener su actividad.

Queda mucho camino por hacer en el sector financiero, nos encontramos en un contexto económico-social que demanda más soluciones en todos los ámbitos, y el financiero es vital para nuestra economía. Vienen tiempos difíciles llenos de oportunidades para hacer posible lo que a veces parece imposible. Animo a todos los y las profesionales del sector a reflexionar y buscar soluciones para ayudar a autónomos, negocios, pymes y grandes empresas a seguir creciendo y mejorar.

Alex Pardillos Boada

Consultor Área Corporativa en Altria Corpo